Hace poco, publicamos una tesis temática: la industria musical.

Hablamos, entre otras cosas, de la evolución del sector, las disrupciones que se habían producido durante los últimos y las últimas tendencias.

Con la aparición de Internet y la piratería, vimos que el consumo se desplomaba a principios del siglo XXI, sufriendo una gran crisis.

Tras años dubitativos, finalmente la musica abrazó la tecnología, y ahora todos parecen estar de acuerdo es que el streaming es el medio que ha venido para quedarse, y están preparados para monetizarlo.

Todo ello ha tenido fuertes repercusiones sobre la música, incluso en el modo de producirla.

Desde las letras, hasta la duración de las propias canciones y sus títulos.

Los ejemplos que damos en el artículo era muy ilustrativos.

 

Además, le damos un buen repaso a la cadena de valor de la industria musical.

Empezando por la canción que genera el artista, hasta que vuelve a este en forma de dinero.

Vimos el oligopolio que existe en el segmento de la producción musical, copando hasta el 70% del sector.

También vimos el segmento de la gestión y compra de entradas.

Y, aunque tenemos el merchandising, nos centramos en lo más interesante: los royalties.

Por último, hablamos de los medios de la música en streaming, centrándonos en los líderes del segmento.

No obstante, también fue importante añadir divagaciones y opiniones personales acerca de lo que le espera a la industria musical en un futuro no muy lejano.

 

En el segundo volumen de la industria musical analizaremos directamente las principales empresas que integran la cadena de valor, así como los principales riesgos de inversión detectados.

Vamos allá. Música, maestro:

 

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